7 de agosto de 2007
Discriminación ¿positiva?
Anda rondando la cabeza de nuestras ilustres autoridades la idea de obligar a los partidos políticos a presentar un porcentaje mínimo de candidatas mujeres a las elecciones municipales y parlamentarias (por qué no a las presidenciales???).

No me gusta la idea. Y, ojo, soy mujer. Pero considero que las cosas así, obligadas, no son la solución. Si la calidad de nuestros políticos ya es mala, cuando se supone que participan por decisión propia, por compromiso, por convicción... no quiero ni imaginarme qué pueda pasar si obligan a los partidos a poner una cierta cantidad de mujeres.

¿Quién asegura que esa sea la mejor opción?, ¿quien me da firmado que no van a terminar candidateando a las esposas, hermanas, tías, primas o quien sabe a quien para seguir manteniendo la "cuotita" de poder?

No niego que hay muchas mujeres valiosísimas que podrían representarnos mucho mejor que la gran mayoría de machotes que hoy calientan asientos en los municipios, concejos comunales o parlamento, pero insisto... la obligatoriedad de presentar un número mínimo de candidatas mujeres no me gusta.

Las cuotas no me gustan. Las decisiones a puerta cerrada de los partidos no me gustan. Las imposiciones tampoco.

Nuestras ilustres autoridades deberían estar pensando en un buen proyecto que asegure que cualquier ciudadano con buenas ideas, con compromiso, con convicción pueda llegar a presentar una candidatura -con reales posibilidades de resultar electo- sin tener que, por obligación, pasar por el filtro sesgado de los partidos políticos, que buscan su propia conveniencia y no la de la ciudadanía.

Etiquetas: , ,

 
Escrito por CarpeDiem a las 8:38 | Permalink |


0 Comentarios: